Todos, cuando llegamos a cierta edad queremos ralentizar el tiempo. Eso, en cierto modo, lo tenemos al alcance de nuestra mano, pero no somos conscientes de ese poder.

Somos seres humanos y genéticamente tenemos un proceso de envejecimiento natural, nuestros genes van perdiendo facultades y eso se va percibiendo en nuestra piel, pero tenemos un as en la manga, la epigenética, ¿sabes lo que es? es un campo de la ciencia que estudia la modificación de las expresiones de los genes.

 

Los factores ambientales (sol, viento, frio, alimentación, contaminación…) pueden modificar los genes y provocar, por ejemplo, que dos personas sometidas a ambientes y alimentación diferente, pero con la misma edad, envejezcan de forma distinta.

Por naturaleza, nacemos con una serie de características heredadas (color de pelo piel, color de ojos…), pero también heredamos características negativas, como enfermedades, y en ello, sí somos nosotros con nuestro modo de vida los que provocamos que esa herencia negativa se manifieste con mayor o menor intensidad.

Pasa exactamente igual con el envejecimiento. Quizás hayas heredado una piel más proclive al envejecimiento, pero unos malos hábitos facilitan la expresión negativa de esos genes heredados, estimulando el envejecimiento de tu piel.

 

¿Cómo acelera el envejecimiento?

  • Si te estresas rápidamente. Generas grandes cantidades de radicales libres que está comprobado que atacan a la membrana celular provocando una aceleración en el proceso de envejecimiento.
  • Si vives en zonas industrializadas, con alta contaminación ambiental.
  • Si comes mal. Una mala alimentación provoca residuos metabólicos, que perjudican la salud de tu piel. Y dentro de una mala alimentación, el alto consumo de azúcares provoca una inflamación en nuestro interior. Un aumento de radicales libres acelera el envejecimiento, además de aumentar el peso.
  • Si tomas en exceso el sol y sin protección de sol o de frío.
  • El consumo de tabaco el alcohol.
  • El sedentarismo.
  • Y por último y no menos importante, nuestro entorno social y profesional. Dependiendo de las personas con las que nos rodeamos y lo bien o mal que nos hagan sentir.

 

¿Qué podemos hacer para que la edad cronológica se parezca a la edad biológica o incluso parezcamos más jóvenes?

 

Sabemos que la Edad cronológica es la que pone el carnet de identidad, la que marca el tiempo que ha transcurrido para nosotros, y la edad biológica es la edad de nuestras células, de cómo funcionan y qué ritmo tienen.

Aclarado esto, te explico las herramientas para darle vida a tu piel:
  • Elige en tu menú las verduras, las legumbres y las frutas como base de nuestra alimentación. Esta alimentación logra que te oxides menos por lo tanto controlarás el envejecimiento prematuro.
  • Elimina de tu vida el tabaco y el alcohol. Con ellos intoxicamos al cuerpo. Piensa que con estos tóxicos pisas el acelerador del envejecimiento.
  • Tomar el sol es bueno, provoca el aumento de vitamina D pero… a horas adecuadas, con protección y el tiempo controlado.
  • Muévete, es importante, no hace falta que corras una maratón. Da paseos largos, sube las escaleras, intenta coger menos el coche y más la bici… estas pequeñas acciones provocan un aumento de energía y un aumento de tu musculatura.
  • Intenta tener una vida social, familiar y laboral agradable. Es una parte importantísima para frenar el envejecimiento, rodearte de personas que te aportan buena energía, alejarte de las que te restan alegría, es un salvavidas para tu piel.
  • Controla el estrés. Haz una lista de las cosas que te gustan y dedícate un ratito para ayudarte a desconectar y subirte tu autoestima.

 

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